Memorias


Proyecto para la construcción del espacio cultural “Memoria del fuego”


¿En que contexto nos proponemos construir un espacio cultural?

Todavía estamos indignados y consternados por el asesinato del compañero Mariano Ferreyra. Pero también su ejemplo y la lucha por juicio y castigo a los responsables materiales y políticos, nos convence aun más de nuestro compromiso  militante por cambiar esta realidad que nos toca vivir. Hoy mas que nunca, en un contexto político donde se vuelve a reivindicar, desde diversos puntos de vista y con distintas intenciones, la militancia y el compromiso, especialmente en los jóvenes

Mariano había elegido comprometerse luego del asesinato de Darío Santillán y Maximiliano kosteki, solo tenía 14 años en el 2002. Ese año se caracterizó, entre otras cosas, por la aparición de muchas experiencias de tipo territorial, que nacían al calor de la rebelión, del ¡Que se vayan todos, que no quede uno solo!. Entre tantas iniciativas que surgían por abajo, los centros culturales fueron una de las expresiones más extendidas y de las que más perduraron en el tiempo. Refugiados en los barrios, a veces muy aislados, pero siempre con ganas de repensar y renovar la forma de organizarse en el territorio. Criticando las prácticas clientelistas, el dominio de los punteros políticos, la lógica de los locales partidarios, buscando autoorganización y autonomía respecto del estado.

Hoy, luego de casi una década, y en un contexto de polarización política y social, de  reflujo respecto del ascenso del 2001,  pero también de nuevas luchas, como las de los estudiantes secundarios, universitarios y terciarios; los centros culturales siguen siendo un fenómeno en crecimiento, particularmente en el conurbano bonaerense, pero no solo allí.
Las iniciativas van desde el apoyo escolar, talleres, bibliotecas populares, bachilleratos populares, centro murgas, etc; Aglutinan a sectores de adolescentes y jóvenes, estudiantes secundarios, terciarios y universitarios, también docentes. Muchas de estas experiencias surgen como respuesta a la cada vez más creciente criminalización de la pobreza y la represión a los jóvenes de las barriadas (el caso emblemático es el de Luciano Arruga). También muchas de ellas se reclaman como legítimos herederos de aquellas jornadas del 2001, se reclaman como “hijos e hijas del 2001”.


¿Quienes somos y que buscamos?

Somos compañeros y compañeras de Socialismo Libertario que militamos en La Matanza y en el Joaquín V. González. Algunos somos estudiantes y otros docentes, estamos en un instituto terciario de Ramos Mejía, el ISFDNº 46 y en el Instituto J.V. González, en capital federal. A nosotros se suman compañeros y compañeras estudiantes, docentes, amigos/as y vecinos/as,  con quienes queremos impulsar este proyecto.

Queremos construir un espacio político cultural (desde lo educativo, lo artístico y por los valores sociales que buscamos impulsar y poner en práctica) que pueda ser un punto de referencia en el barrio, distinto a la lógica de las unidades básicas, a locales partidarios o sociedades de fomento; a las prácticas de lo punteros, al clientelismo político, etc.
Este espacio es coordinado por compañeros/as de S.L. y otros compañeros/as que quieran sumarse a construir un frente o agrupación político cultural junto con nosotros.
Habrá compañeros que quieran intervenir y participar de una o algunas actividades en particular y son más que bienvenidos, necesitamos manos, cabezas y corazones dispuestos a crear este Espacio.
A la vez, queremos que el centro cultural pueda ser un espacio vivo en el barrio, del cual los vecinos y vecinas se sientan parte, buscando desde el principio que junto a la participación de compañeros de otros pagos empiecen a sumarse vecinos. Buscar un ida y vuelta: del espacio hacia el barrio, relacionándonos con sus problemáticas concretas y cotidianas, y del barrio con el centro, ayudándonos a sostenerlo.

Estamos dando el primer paso, como organización, en un emprendimiento territorial con una impronta cultural (si bien algunos de nosotros hemos trabajado en centros culturales y sociales, haciendo apoyo escolar en barrios, etc) y queremos proponer a un sector de compañeros y compañeras con quienes nos venimos encontrando en los terciarios donde estudiamos, en los barrios, donde militamos y vivimos, empezar esta iniciativa juntos, sabiendo que muchos/as tienen experiencia en este tipo de trabajo o quieren sumarse a un proyecto de esta características, la experiencia y las ganas de cada uno nos hará más fuertes.

El centro cultural “Memoria del Fuego” [1] intentará ser un espacio que desde su inicio se relacione con otras experiencias similares (entendiendo que esto abarca centros culturales, sociales, bibliotecas populares, bachilleratos populares, trabajos barriales, etc), con otras organizaciones que también estén impulsando este tipo de trabajos. Para ello contamos con la inicial pero importante experiencia que estamos impulsando desde la COMPA (Coordinadora de Organizaciones y Movimientos Populares de Argentina) donde  existe un sector territorial que funciona y que ya ha impulsado dos encuentros para intercambiar experiencias y buscar articular políticamente entre organizaciones y grupos.

Las puntas de trabajo que proponemos, inicialmente, para el espacio son:

Apoyo escolar
- Talleres artísticos (música, plástica, teatro, murga, informática, etc)
- Proyecto de bachillerato popular
- Espacio de debate, charlas y cine
- Taller de género

A estas propuestas desde luego podrán sumarse otras que en el transcurso de las reuniones y discusiones podremos concensuar.

Por ultimo, el centro cultural se sostendrá de forma  autofinanciada, en primer lugar con el aporte solidario de los compañeros y compañeras que formen parte del espacio y con distinto tipos de actividades para tal fin (bono solidario, rifas, fiesta, etc).



[1] Elegimos este nombre en homenaje al escritor uruguayo Eduardo Galeano. El nombre pertenece a la trilogía “Memoria del Fuego”, libros que narran de forma particular la historia de nuestra Latinoamérica. Pensamos que Galeano es un referente literario fundamental para muchos de nosotros en particular y  para Latinoamérica en general.